Como decía Doug Manning: “El duelo es tan natural como llorar cuando te lastimas, dormir cuando estás cansado, comer cuando tienes hambre y estornudar cuando te pica la nariz. Es la manera que tiene la naturaleza de curar un corazón roto”.
El duelo es el proceso natural que atravesamos para adaptarnos a la ausencia de la persona que ya no está, permitiéndonos sanar y recolocar. Sin embargo, afrontar la pérdida de un ser querido puede ser fácilmente uno de los momentos más difíciles y desafiantes que podemos enfrentar en la vida. En ocasiones, puede ser necesaria la ayuda de un profesional para acompañarnos en este proceso.
¿Qué es el duelo?
El duelo es una respuesta normal, instalada en el ser humano casi a nivel biológico y que sigue a la pérdida en general: de un trabajo, de una relación, de un objeto al que estábamos especialmente vinculados, de un ser querido, o de las expectativas de tener un hijo sano.

Esta respuesta emocional y psicológica es un proceso personal y único, al igual que no existen dos personas iguales, no existe ni un solo duelo igual a otro, pues depende precisamente de eso, de que el duelo se suma a todo lo que una persona es. Esto significa que al hablar de duelo también hay que tener en cuenta el contexto y las características individuales de cada persona.
El duelo normalmente lo tenemos asociado a la tristeza, pero también afloran otras emociones como la ira, la culpa, la confusión, la ansiedad, sensaciones de vacío… Todas estas emociones también están cumpliendo una función. No solo es importante poner palabras a las emociones, sino que debemos acompañarlas, expresarlas, elaborar su significado y darles un sentido. Una de las pocas certezas que tenemos sobre el duelo es que duele, por eso el camino para superarlo pasa por sentir y afrontar ese dolor. Este camino del que hablamos, se basa en un proceso que incluye varias etapas.
¿Cuáles son las etapas del duelo?
Negación
«Esto no puede estar pasando», es la respuesta inicial tras la pérdida de un ser querido y el primer pensamiento que puede venir a la cabeza ante la muerte, pues nos protege del impacto de la pérdida. La negación tiene el sentido de darnos una tregua. Negar es una manera de decirle a la realidad que espere, que todavía no estamos preparados.
El impacto de la noticia de una perdida es tan fuerte que en ocasiones dejamos de escuchar, de entender, de pensar. Puede suceder que en un primer momento el bloqueo sea tan grande que no podamos ni sentir. Esta etapa depende en gran medida de cómo se haya dado la perdida.
Ira
«¿Por qué sucedió esto? No es justo», es el pensamiento recurrente durante la segunda etapa del duelo.
Lo primero que debemos de hacer con la rabia es reconocerla y aceptarla para poder expresarla. La rabia tiene una razón de ser, es un arma para la supervivencia. Nos impulsa a tomar otros caminos, cuando estamos en el agujero nos hace tomar impulso para salir a flote. Toda la rabia que se queda dentro, que intentemos negar o esconder nos acabará pasando factura.
Negociación
Durante la etapa de negociación, básicamente tratamos de buscar formas de cambiar lo ocurrido o aliviar el dolor. Es la parte en la que imaginamos y buscamos formas de hacer que lo sucedido no sea real.
Depresión
En esta etapa nos invade el vacío, la tristeza, la desesperanza, la incertidumbre y el dolor. Es aquí cuando empezamos a ser conscientes de la nueva realidad que tenemos que afrontar, por eso, solo desde este punto podremos volver a reconstruirnos, a pesar de que podamos pensar que esto no acabará nunca y que no vamos a poder con ello.
Esta etapa no tiene una duración determinada, como decíamos, cada persona, cada circunstancia y cada duelo es único.

Afrontar la pérdida de un ser querido: La aceptación
Durante esta última etapa del duelo, se aprende a convivir con la nueva realidad. Nunca es fácil llegar a este punto y requiere de un gran trabajo, pero es necesario para continuar en el camino. Podemos reconocer la pérdida cómo parte de la vida y recolocar la pérdida.
¿Cómo afrontar la pérdida de un ser querido?
El duelo es inevitable, pero sí que puedes seguir algunas pautas para hacerlo más llevadero:
- Permítete sentir. No reprimas tus emociones a pesar de que sean incómodas. Llorar, enfadarte o sentirte triste son reacciones normales y necesarias para procesar la pérdida. La expresión emocional facilita la ventilación y gestión emocional durante el duelo.
- Déjate ayudar, conecta con tu red de apoyo, habla sobre tu dolor. La evidencia científica nos demuestra que sentirse apoyado y acompañado durante momentos difíciles tiene beneficios en nuestra salud mental y física. El apoyo social es especialmente importante para la adaptación en el proceso de duelo.
- Busca la ayuda de un profesional si lo necesitas. La terapia puede ayudarte a afrontar este camino y podemos acompañarte en él.
- Encuentra formas de recordar. Crear rituales de despedida, más allá de los ritos convencionales, encuentra una forma significativa para ti, como poner una foto y encender una vela, escribir una carta, crear una “caja de tesoros”, plantar un árbol o dedicarle un álbum de fotos, puede ser reconfortante y ayudarte a honrar a la persona que ha fallecido.
- Practica el autocuidado. No te olvides de acompañarte en este dolor de la mejor manera posible, en la medida en la que puedas. Tu bienestar físico es clave en este proceso. Mantener un buen autocuidado tiene un impacto muy positivo y relevante en nuestra salud mental. El sueño, la alimentación, la higiene personal y la actividad física están asociados con una mejoría en el estado de ánimo y la capacidad para afrontar el duelo.
- Sé paciente contigo mismo. El duelo no tiene un tiempo establecido y, por lo tanto, no te presiones para superarlo rápido. Cada proceso es único y válido.
¿Cuándo pedir ayuda para afrontar la pérdida de un ser querido?
Aunque el duelo es un proceso natural, el apoyo de un profesional y la terapia psicológica puede ser de gran ayuda. Busca este acompañamiento cuando sientas que lo necesitas en este proceso, cuando sientas que no puedes aceptar e integrar lo ocurrido. Busca ayuda si no puedes sostener este malestar. Te ayudaremos a comprender, aceptar y a recolocar.