“El amor es un sentimiento que avala la capacidad para disfrutar juntos de las cosas, y no una medida de cuánto estoy dispuesto a sufrir por ti, o cuánto soy capaz de renunciar a mí”. Jorge Bucay
Está claro que las relaciones de pareja pueden atravesar altibajos y, por eso, en ocasiones, la terapia puede ser una gran alternativa para fortalecer el vínculo y para crecer, tanto de forma individual como conjunta. Sin embargo, no en todos los casos es posible y es importante saber cuáles son los límites del amor, pudiendo ser consciente de la calidad de las relaciones en las que estamos.
Realmente esto hace referencia a aquellas relaciones, tanto familiares, sociales como sentimentales que nos pueden causar un gran malestar y sufrimiento. Seguro que si te hablo de desgaste emocional, desigualdad, faltas de comprensión e implicación… se te vienen algunas situaciones o relaciones a tu cabeza, ya sean vividas en primera persona, como contadas por terceros.

Rodearnos de relaciones sanas es esencial para el bienestar emocional y la estabilidad personal. En ocasiones, puede ser difícil reconocer si estamos o no en relaciones saludables, dado que a veces nos cuesta identificar estos patrones que, con el paso del tiempo, los hemos ido normalizando o incluso vienen con nosotros aprendidos desde la infancia.
¿Cómo saber si tu relación es sana? Es importante prestar atención a aspectos clave como el compromiso, la comunicación, el respeto, la empatía, el apoyo y la confianza.
¿Qué es una relación sana?
Una relación sana implica dar y recibir, una relación sana implica cuidado, respeto, comunicación abierta, apoyo, seguridad y libertad de ser. Una relación que es sana promueve el crecimiento personal de cada miembro de la pareja y en su conjunto. Una relación saludable no es perfecta, pero los conflictos se resuelven de forma constructiva y ambos se sienten seguros y valorados en ella.
Consejos para identificar si estás en una relación sana
Comunicación abierta y honesta
La comunicación es uno de los ingredientes básicos en cualquier relación saludable. Una buena comunicación implica sentirse cómodo para expresar tus necesidades, pensamientos y sentimientos sin temor al juicio o la crítica de tu pareja. En una relación sana, las partes se esfuerzan por escuchar al otro y por comprender su parte.
Si sientes que puedes hablar abiertamente de cualquier tema con tu pareja y que ambos os escucháis sin juicio, es una muy buena señal. Comunicarnos de una manera sensata, transparente y honesta con el otro hará posible la creación de un vínculo fuerte.
Respeto mutuo
El respeto es un pilar clave de cualquier relación. En una relación sana, cada miembro respeta las opiniones, valores y límites del otro, incluso si son diferentes a los propios. Además, el respeto implica valorar las decisiones, el tiempo del otro y, por supuesto, la integridad de la otra persona, evitando conductas como gritos, insultos o cualquier forma de menosprecio o maltrato.
Si te sientes tranquilx, valoradx, respectadx, y ambos os tratáis con amabilidad y consideración, es una buena señal de respeto mutuo en la relación.
Apoyo, sostén y compañía
Una relación sana implica apoyo e implica estar presente. Queda muy de película, pero así es, estar en lo bueno y en lo malo. Acompañar en los momentos difíciles, brindar apoyo, sostén y cariño es fundamental, al igual que lo es dedicar tiempo de calidad a mis relaciones, implicarme en su cuidado y en mantener la relación con vida.
Si sientes que tu pareja te acompaña, te brinda consuelo y respaldo en los desafíos de la vida, a la vez que trata de seguir cuidando el vínculo, es un muy buen indicio.
Confianza, transparencia y compromiso en una relación sana
La confianza y la transparencia son la base de cualquier relación exitosa. En una relación sana, ambos se sienten seguros y confían en el otro sin sentir la necesidad de control, sin sentir el miedo de que mi pareja pueda hacerme daño, de la forma en la que sea.
Sentir la tranquilidad de que mi pareja no va a hacerme daño y de que mi pareja está comprometida con la relación es la base de la seguridad. Y esto no significa tener que casarnos ni jurar que vamos a estar juntos durante toda la vida, sino tener la seguridad de que el otro está ahí. Percibir este compromiso en la otra persona irá fortaleciendo y aumentando la confianza entre nosotros, la cual es esencial en la relación.
Individualidad y crecimiento personal
Una relación sana fomenta el crecimiento personal y respeta la individualidad de cada miembro de la pareja. Ambos deben poder perseguir sus propias metas y pasatiempos sin miedo a que la relación se vea afectada o surjan conflictos. En una relación sana, cada uno apoya el desarrollo personal del otro y no siente que su identidad se disuelva.

Resolución de conflictos de forma constructiva
Toda pareja tiene problemas y se enfrenta a conflictos y desafíos que pueden ocurrir con menor o mayor frecuencia, pero siempre surgen, lo importante es saber cómo gestionar estos problemas.
Como decíamos anteriormente, la comunicación es fundamental, es importante saber gestionar los problemas que surjan y los desacuerdos. Discutir es bueno, es sano, siempre que sea de una manera respetuosa y constructiva.
En una relación saludable, no hay ataques personales ni agresiones, no hay juicios ni faltas de respeto. Los miembros de la pareja buscan una solución que satisfaga a ambos, tratando de entender el punto de vista del otro y entendiendo que esto no es una guerra entre ellos, más bien un equipo tratando de solucionar un problema en conjunto. Esto no significa que tengas que cambiar su forma de pensar, simplemente intentar comprender y respetar.
En una relación sana los conflictos se resuelven cuando la pareja dedica un tiempo para hablar de las diferencias de forma respetuosa y desde la calma.
Una relación sana se construye sobre bases sólidas de respeto, confianza, cuidado y comunicación. Evaluar estos aspectos y asegurarnos de la calidad de nuestras relaciones es clave para nuestro bienestar. Si identificas estos elementos, es probable que estés en una relación que te beneficia y te hace crecer. Sin embargo, si ves señales de alerta, no dudes en ponerte en contacto con nosotras. Siempre es posible trabajar para mejorar la relación o tomar decisiones en función de tu bienestar, ya sea a través de la terapia de pareja o terapia individualizada. Recuerda, cada pareja y cada persona es única. Recuerda también que la pareja es elección y, por lo tanto, debemos hacerlo con conciencia de lo que está bien para nosotros.